lunes, 20 de julio de 2015

La 'Silla Coconut' de George Nelson, un homenaje al modo de vida de los años 60


Una silla inspirada en un coco no puede ser nunca aburrida y formal, así como tampoco puede serlo una pieza diseñada por George Nelson. De hecho, todas sus creaciones se distinguen por su originalidad y espontaneidad: desde el sofá Marshmallow hasta el sillón Kangaroo, pasando por su extensa colección de relojes de pared.

Concretamente, la 'Coconut Chair' se inspira en un pedazo de coco, que se balancea sobre su dura cáscara, dejando a la vista un interior blanco y jugoso. Esta forma le sirvió como punto de partida para crear en 1955 esta magnífica pieza de diseño, que reúne comodidad y belleza.

El propio diseñador, desarrolló este sillón con el fin de "brindar confort junto con gran libertad de movimiento”.  Debido a las curvas en su asiento y respaldo y sus lados bajos y poco profundos, el sillón Coconut fue diseñado para sentarse en cualquier posición y poder moverse con facilidad.

Una pieza de líneas espontáneas y divertidas que pretendía rendir homenaje al modo de vida de los años 60. Una forma de vivir marcada por un espíritu revolucionario, que alejaba a la sociedad, cada vez más, de los convencionalismos y de las normas sociales y estéticas, y que apostaba al 100% por la funcionalidad y la comodidad.


Esta máxima se aplicaba tanto a la moda como al diseño de mobiliario e interiores. Por un parte, la forma de vestir se relajó y adoptó un tono más desenfadado; y por otra, los muebles e interiores diseñados en la época, fueron invadidos por colores vivos, tejidos de llamativos estampados, y por piezas de diseño 'Mid-century modern' totalmente rompedoras y refrescantes.


El arquitecto y diseñador, George Nelson, heredó los cánones estéticos y los materiales utilizados durante la época de la Bauhaus, y les dio una 'vuelta de rosca'.  Si bien, los diseñadores de los 20-30 usaban el tubo de acero y el cuero para ejecutar sus creaciones; Nelson apostaba, al igual que sus contemporáneos, por los tapizados en tela y piel artificial, superficies de madera al natural o pintada y  por nuevos materiales como el plástico o la fibra de carbono.


Para lanzar sus productos, y en concreto esta silla, decidió ponerse en manos de Herman Miller®. Este fabricante ejecutó sus diseños, a partir de un armazón de plástico moldeado, tres patas tubulares de acero cromado, un relleno de espuma de foam y un tapizado en tela o ecopiel de alta calidad. Todo para conseguir una pieza perfecta para decorar cualquier salón informal o despacho, con cierto aire retro. Un icono de diseño que sigue de moda y que sigue aportando, sin importar los años que pasen, un plus de frescura y relajación a cualquier estancia.



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